Ella se acerca y él se aleja. Él tiene miedo de ser atrapado, quizá lo lastimen las artimañas de ésta. A él le gusta perseguir, así puede prevenir el daño que aquella pueda ocacionarle, o al menos eso cree, ingenuamente. Ellos no se conocen, ni se han visto, pero aún así ella corre tras de él, convencida de que éste tiene todo eso que aun no sabe qué es.
Dan pasos fuertes, porque tienen miedo de dejar de pisar el suelo, respiran hondo ya que el aire parece acabarseles entre tanto temor. Y a pesar del creciente dolor en su pecho, aquél no se detiene; su corazón no quiere aceptar que le quieran. Pero ella no está más convencida que éste, solamente que de tanto correr se le olvida que su corazón es igual de frágil que ese que desea alcanzar.
2 comentarios:
Como ya he dicho antes: estás bonito, melancólico, pero muy bonito. De esas veces que el camino incierto pero a la vez conocido se disfruta.
Bonito... creo...
Publicar un comentario