jueves, 9 de octubre de 2008

Calabaza

Hoy corté un tomate,
en cuadritos.
También corté una cebolla,
en rodajas.
Y lo más importante, corté La calabaza,
a la mitad.

La tabla de madera absorbió el agua del tomate,
la sartén doró la cebolla,
y el calor hizo sudar La calabaza.

Las mitades volteadas hacia abajo,
exponiendo su verdor,
dejándose llenar de gotas,
un bosque de esferas.

Cuchillo en mano,
incapaz de cortar la reciente flora,
la deje brotar.

Pequeñas fuentes
que se salpicaban unas a otras.
Caían en mi mano, las gotas,
primero grandes, luego pequeñas,
se extinguía lentamente La calabaza.

Al final, el tomate seguía rojo
y cuadrado;
la cebolla dorada
y en rodajas;
Ella...seca
y a la mitad.

Seca como la hoja de otoño,
así término.
Mientras, el cuchillo se ahogaba en el fregadero.

1 comentario:

Mondblume dijo...

Tengo un gusto muy especial por las calabazas, creo que alguna vez me enamoré de una, y luego me convertí en otra.