Del interior de alguna fruta,
salen gotas color almíbar,
algunas tristes, otras felices.
Caen en el hueco de alguna mano,
una mano suspendida en el vacío,
cerca del árbol de la fruta.
Su tronco se ensancha
y la fruta pierde grosor,
la corteza se fusiona con la mano,
y la mano está hecha planta.
Como miel fresca,
las gotas se juntan en el hueco,
para que los pájaros puedan beber.
Ellos, sedientos,
acuden a la ahora mano del árbol.
Beben.
Vuelan, aquellos felices,
y los que tristes se quedan,
en las ramas del árbol se ponen a cantar.
Y de su canto florece y crece la fruta,
ellos, de la melodía, vuelven felices a volar
Se alimenta el árbol de aquellas aves que,
tristes alimentaron las flores,
y felices nutrieron el fruto.
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