jueves, 20 de agosto de 2009

La solandra

Verde en los ojos que no deja de brillar,
crece bajo el encanto de unos labios
que aún no la han tocado.
Impaciente los cierra.
Otoño en la piel,
las estaciones invertidas,
primavera en las manos.
Desaparece la mariposa en la flor,
la solandra alada,
reverdece el estéril campo,
vuelve el sol a su antiguo reino.
Trémulas manos de un viento dorado
elevan hacia las estrellas
al amado y a su amante.
Ojos verdes adornados por un beso.
Ansiosas las nubes esperan dejarse caer,
suenan los relámpagos,
el aire juguetón
no deja de moverse.
Siguen en el beso eterno,
inertes por la lluvia,
sumidos en el amarillo
de ese otoño que regresa.
Noche en sus labios,
cae el sueño como miel sobre su cuerpo,
plateada, los envuelve la luz.
Despiertan, sigue el mismo calor,
el mismo puerto,
el mismo cuarto,
sonríen.

2 comentarios:

Pia dijo...

sonrien :)!

Mondblüme dijo...

"Como miel sobre su cuerpo". Vino tibia esa frase y me cubrió la espalda, porque tenía frío.