Después de la nada está el todo. La cosa es salir de la nada, que en sí, ya es un todo. La diferencia radica en la oscuridad de uno y en la claridad del otro. En la nada, los contenidos están comprimidos, se encuentran tan pegados los unos a los otros que no se logran distinguir. La nada comprime el todo hasta que cada cosa termina siendo lo mismo; no hay espacio entre los objetos, todo está ocupado por todo, y no existen las diferencias. ¿Qué podemos decir de ese todo comprimido? No hay nada en él, no podemos definirlo ni señalar sus diferencias; la nada es eso, puro “uno” oscuro y confuso, porque estar en él no es como flotar; la nada es estática, densa. Tampoco podemos movernos en ella, somos comprimidos y ese es el único cambio en nosotros.
La nada está presente cuando el corazón se ausenta, la nada es el resultado que deja la razón cuando quiere encargarse de los sentimientos. El pseudo entendimiento de las emociones no nos guía por los claros del camino, sino que tiende a ocultarse entre bosques de lobos feroces. La razón es débil si el corazón no le ofrece su apoyo, la razón sola va en declive.
El todo nunca nos deja, el todo está en la nada, haciéndola algo distinto. Es fruto del corazón y de la mente, camino claro hacia un lugar desconocido, rebosante de cosas plenas y bellas. El corazón separa con diligencia y sabiduría lo que a él se le presenta; ilumina y señala los peligros que la razón sola no consigue ver. Es el órgano sensible que recibe las emociones y da motivos a la mente para reflexionar de manera ascendente y no descendente; expande y no comprime. El todo sigue a la nada, en cuanto el primero nunca nos abandona y el segundo es sólo un momento, largo o corto de oscuridad.
2 comentarios:
¿Siguiendo al maestro Machado en las insondables profundidades de la nada?, ¡deberíamos de decir: sí!
¡Visita mi blog, que está muy solito!
Entonces, ¿el pensamiento es afirmativo mientras la realidad es negativa?
Entiendo eso de que los sentimientos dan fuerza a la razón. La razón pura lleva a los excesos de decir que el ser es y el no-ser no es.
Pero también lleva a decir que las personas son reemplazables. Pregúntale a Jimena. Ella sabrá explicarte bien cómo es eso. Yo no me acuerdo, pero le gana a tu argumento.
Kaboom!
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